Reseña - La marca de Atenea

La marca de Atenea es el tercer libro que forma parte de la saga Los héroes del Olimpo del escritor Rick Riordan.

La historia arranca poco después de donde termina el anterior libro y en los primeros capítulos nos encontramos con unos pequeños resúmenes de lo sucedido en los dos primeros libros para refrescar un poco la memoria por si se nos ha olvidado algo.

A bordo del barco volador Argos II, los protagonistas de El héroe perdido (Jason, Piper y Leo), además de Annabeth, llegan al Campamento Júpiter, donde los romanos los reciben con cierta hostilidad. Por suerte, allí también se encuentran los protagonistas de El hijo de Neptuno (Percy, Hazel y Frank) quienes unidos a sus amigos griegos intentaran crear una alianza con los romanos, pero cuando todo parece que va a ir bien, el Argos II empieza a abrir fuego contra los romanos y los siete semidioses protagonistas se ven obligados a huir y a emprender en solitario la peligrosa mision de detener a la diosa Gaia, quien planea destruir Roma, además de salvar al hermano de Hazel, todo ello mientras son perseguidos sin descanso por los semidioses del Campamento Júpiter.

En esta ocasión, el libro cuenta con una gran cantidad de protagonistas, nada más y nada menos que siete, además del sátiro Hedge, quien les acompaña en su viaje.

Como de costumbre, la narración es ágil y las descripciones no se hacen pesadas, tiene sus momentos de humor y ese punto extra de valor educativo al enseñar de una forma divertida y amena cosas sobre la mitología griega y romana.

Parece que las reseñas de esta saga sean copiadas unas de otras porque siempre digo lo mismo, pero en esta ocasión hay un par de puntos más, uno positivo y otro negativo.

Lo bueno es que este tercer libro nos cuenta mucho sobre los sentimientos de los diversos protagonistas, así como las relaciones entre ellos, lo que le otorga mucha más profundidad a los personajes.

Lo malo es que los personajes siempre se separan en grupos de tres y estos grupos no siempre están formados por los mismos integrantes. Yo a veces me liaba con tanto cambio y no recordaba quien iba con quien en cada momento.

El final del primer libro era normalillo, el del segundo interesante, pero el de este es uno de esos finales que hace que quieras leer inmediatamente el siguiente libro, cosa que por cierto hice al terminar la última página de La marca de Atenea.

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