Reseña - Drácula

Drácula es una novela escrita por Bram Stoker.


La historia nos presenta en un principio a Jonathan Harker, quien por razones relacionadas con su trabajo, acude al castillo del conde Drácula.

Jonathan poco a poco se da cuenta de que algo extraño rodea al conde y acaba siendo prisionero en su castillo, donde contempla varias cosas que reafirman sus sospechas.

Creía que toda la historia se desarrollaría en el castillo, pero no fue así, y es que aunque la primera parte del libro si sucede en la morada de Drácula y es narrada íntegramente por Jonathan, el resto del libro tiene lugar en Londres y es contado a través de varios personajes.

La forma en la que está escrita esta novela es bastante curiosa, ya que es narrada a través de los diarios de diferentes personajes, además de cartas, telegramas y algún que otro recorte de periódico.

Lo cierto es que la historia contiene varias partes muy aburridas, aunque es cierto que en algunos momentos me enganchó bastante, por lo general la historia no me atraía lo suficiente como para querer leer un capítulo más antes de irme a dormir.



Además de esto, me llamó mucho la atención que apenas se hable sobre el pasado de Drácula o de resolver algunas preguntas como si ya nació siendo un vampiro o si se transformó y el motivo que le llevó a hacerlo.

Otro personaje que me gustaría destacar es al profesor Van Helsing, yo lo conocía de películas y videojuegos y siempre era representando como un hombre joven cuya misión era eliminar a toda criatura sobrenatural, sin embargo, la verdad es que este personaje en la novela es justo lo contrario, es un hombre mayor, y aunque tiene ciertos conocimientos y está interesado en los temas sobrenaturales, no suele dedicar su tiempo libre a matar vampiros ballesta en mano.

En esta novela los hombres son representados como salvadores del mundo, personajes dotados de gran fuerza física que no se detienen ante nada, mientras que las mujeres aparecen como damiselas en apuros cuyo papel va poco más allá de tener que preocuparse por sus maridos y llorar.

Por otro lado, el conde Drácula es descrito siempre como un ser despreciable lleno de maldad, aunque hecho en falta, como he dicho antes, conocer sobre su pasado para comprender los motivos que le llevan a actuar como lo hace.

En resumen, al tratarse de un clásico, esperaba algo mejor.

No he tenido en cuenta que no me haya dado miedo o no haber sentido curiosidad por el misterio que rodeaba los extraños sucesos que se narran, puesto que ya sabía de antemano quien era realmente el conde Drácula.

Además, que hayan partes que me han aburrido bastante o que apenas se sepa nada del pasado del personaje le da nombre a la novela, lo cual lo convierte en un personaje simple y algo plano, es lo que no me ha permitido disfrutar de la lectura.

Anteriormente había leído otro clásico como es La Divina Comedia y me gustó, pero ahora con Drácula me ha pasado lo contrario, ya veremos cuando lea otros clásicos que tengo pendientes (Hamlet, El monstruo de Frankenstein y El retrato de Dorian Gray) hacia que lado se inclina la balanza.

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